PESTILENTE
Surgiendo como el rayo, viene el viento;
certero en la sonata toca el bardo,
y canta por la espalda el muy bastardo,
llegando a mi nariz el alimento.
Sospecho que el veneno de su aliento
encierra viejos aires en su dardo,
pinchando por el alma como un cardo
que llena de marrón el pavimento.
¿Por qué si las cagadas de los perros
los dueños la recogen diligentes,
no guardan sus efluvios igualmente?
No hay bolsa que resista tantos yerros
sembrados por las lenguas pestilentes,
forjados por los celos de la gente.
M.A.W. "Mawey" 18 de Marzo 2005®
0 comentarios